Las líneas de Nazca son antiguos geoglifos
que se encuentran en las Pampas de Jumana, en el desierto de Nazca, entre las
poblaciones de Nazca y Palpa (Perú). Fueron trazadas por la cultura nazca y
están compuestas por varios cientos de figuras que abarcan desde diseños tan
simples como líneas hasta complejas figuras zoomorfas, fitomorfas y geométricas
que aparecen trazadas sobre la superficie terrestre. Desde 1994, el Comité de
la Unesco ha inscrito Las líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana
como Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, en los últimos años han sufrido
graves daños por la construcción de la autopista panamericana y las rodadas de
todoterrenos.
La primera referencia a dichas
figuras pertenece al conquistador Pedro Cieza de León en 1547. Pedro Cieza de
León vio “señales en algunas partes del desierto que circunda Nazca”. Después
de que Cieza de León observara “señales” sobre la llanura desértica, el
corregidor Luis Monzón quiso darles un sentido y escribió en 1568 que las
líneas eran carreteras.
Vistas de cerca, estas líneas se
convierten en simples surcos en el suelo. Las características geológicas de la
pampa propician que no sea necesario mucho más para obtener un resultado
visible. La superficie está compuesta por una capa de guijarros de un color
rojizo oscuro causado por la oxidación, que cubre otra de un color amarillento
claro. La coincidencia de los motivos de la cerámica nazca con las figuras
dibujadas en la llanura ha llevado a lo arqueólogos a concluir que las líneas
fueron hechas entre 200 antes de Cristo (aC) y 600. Los nazcas se limitaron a
retirar las piedras superiores siguiendo un trazado que previamente habían
señalado con estacas, unidas por cordeles, a partir de un modelo a escala menor
y unas dosis de geometría. Las piedras eliminadas eran acumuladas en pequeños
túmulos que todavía se conservan. El método de trabajo ha sido completamente
reconstruido a partir de las pruebas recogidas por las expediciones
arqueológicas.
El aprovisionamiento de agua jugó
un importante papel en la región. Las excavaciones han sacado a la luz pequeñas
cavidades en los geoglifos en las que se han encontrado ofrendas religiosas de
productos agrícolas y animales, sobre todo marinos. Los dibujos formaban un
paisaje ritual cuyo fin debió ser propiciar la invocación del agua. Además se
han encontrado estacas, cordeles y ensayos de figuras. De estos elementos tan
simples se sirvieron los antiguos pobladores de Nazca para trazar los dibujos.
Asimismo, hay que recordar que es una de las zonas más secas del mundo lo que
favorece la conservación de los dibujos.
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