Se encuentran ubicados en el distrito de Baños de Inca
a 6 km. hacia el este de la ciudad de Cajamarca; a 2 680 m.s.n.m. Este lugar se
caracteriza por sus aguas termales que tienen un origen geológico volcánico. Su
temperatura promedio es de 70 grados centigrados.
En este lugar se encontraba el inca Atahualpa cuando
llegaron los españoles en 1532. Es evidente que en ese entonces el Inca cumplía
un ayuno ritual y lo hacía en esta vieja aldea que recibía el nombre de
Puntamarca, Pulltumarca o Cunoc. No era un campamento improvisado sino un
conjunto ordenado de estructuras y baños, erigido por los señores de la región,
cerca de los manantiales volcánicos de aguas sulfurosas, que allí afloran
denominados en esa época “perolitos”. Esta aldea pertenecía posiblemente a la
residencia del curaca Gusmango Capac.
La casa del Inca, a la que ingresaron los enviados de
Pizarro, primero Hernando de Soto y después Hernando Pizarro, era una
espléndida morada. En uno de los amplios corredores que daba al traspatio se
hallaba el soberano, rodeado de casi 600 personas de estirpe real, escalonadas
en orden jerárquico, teniendo cerca de él a sus consejeros, así como a
numerosas mujeres ricamente ataviadas.
De la antigua residencia hasta el terremoto del 28 de
mayo de 1928, se mantenían en pie dos estanques y restos de paredes de
mampostería, sobre las que se habían levantado toscas construcciones. Uno de
los estanques se conoce como “el pozo del Inca”, burdamente remodelado en 1947.
Los amplios y vistosos jardines, corredores y
vestíbulos fueron sustituidos por una casa de dos patios, uno de ellos
adyacente a la capilla de Nuestra Señora de la Natividad, levantada en 1637 y
que en 1946 se demolió para dar paso a la construcción de la actual piscina
Municipal.
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